Cada mañana al despertar, el cazador de dinosaurios cree que los dinosaurios siguen ahí. Ve dinosaurios en todas partes y cuando los encuentra los persigue y les dispara sin descanso.
El cazador de dinosaurios es beligerante, y advierte a sus semejantes sobre la terrible amenaza:
- Si ve a un dinosaurio no le hable, no le ayude, no le crea, huya o mátelo.
Pero nadie le hace caso, pues todos saben que los dinosaurios están extintos como él.
Germán Hernández